¿Cuál es la verdad de las dietas hiperproteicas?

Las dietas hiperproteicas no son peligrosas si se siguen durante un corto período de tiempo (máximo unos 2 meses). El problema aparece cuando se crea el hábito de integrarlas como dietas habituales, y es lo que está pasando actualmente en el mundo occidental mediante diferentes guías.

Se "venden" con la idea que se llegarán a perder bastantes quilos y además de manera muy rápida. Esto crea una motivación y una estimulación para la persona que decide empezarlas.

¿Qué consecuencias da seguir este tipo de dietas durante una larga temporada?

1. La restricción de hidratos de carbono puede provocar deficiencias nutricionales (vitaminas, minerales y antioxidantes) y insuficiencia de fibra, que puede causar problemas de salud como estreñimiento y diverticulitis (formación de sacos en los intestinos), y además puede incrementar el riesgo de padecer ciertos tipos de cánceres.

2. Estas dietas promueven alimentos como la carne roja y alimentos ricos en grasas saturadas. Esto da a la larga un aumento de los niveles de colesterol y por lo tanto, riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.

3. Puede empeorar también problemas de hígado o de riñón, ya que tienen que hacer mucho esfuerzo para eliminar los productos del metabolismo de las proteínas. 

4. Se favorece la pérdida de calcio por el riñón y puede facilitar la aparición de osteoporosis.

5. Se augmenta la cetosis, ya que se catabolizan las grasas para obtener energia en vez de los hidratos de carbono (ruta alternativa). La cetosis da unos compuestos denominados cuerpos cetónicos, que pueden provocar alteraciones en el sistema nervioso y dificultan la desaparición de infecciones, si hay.

Recomendación: si se quiere seguir una dieta hiperproteica para adelgazar, que sea durante una corta temporada y siempre con seguimiento nutricional y dietético. También es importante escoger la proteína más saludable (pescado, pollo, pavo, cerdo, conejo) y no abandonar del todo los hidratos de carbono, los vegetales y las frutas. 

Importante: Si se tienen enfermedades de hígado, de riñón, diabetes, si se están tomando medicamentos para enfermedades crónicas, si se está embarazada o dando lactancia es imprescindible hablar antes con el nutricionista o el médico. 

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