La obesidad infantil es una epidemia a nivel mundial desde hace demasiado tiempo. ¿Qué hacemos mal?
Es muy triste que una mayor parte de la población mundial haga un mal uso de las fuentes alimentarias que tiene a su alcance mientras otras zonas tienen lo que para nosotros no es nada.
De obesidad hemos oído todos hablar y de obesidad infantil desgraciadamente tambien. Pero, ¿qué ha tenido que ocurrir para llegar hasta el punto en el que nos encontramos actualmente? Según un estudio realizado en 2011 en el marco de la estrategia NAOS (Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad) revela que el 44,5% de los niños y niñas españoles entre 6 y 10 años tienen exceso de peso (siendo la obesidad casi del 20%). Otro estudio realizado en la Universidad de Los Angeles (UCLA) por el Dr. Neal Halfon y publicado hace un mes, afirma que la obesidad infantil se relaciona más de lo que nos pensábamos con problemas de la salud de forma inmediata.
Se han puesto en marcha muchas iniciativas para combatir la epidemia, diferentes programas llevados por profesionales y en muchos puntos del mundo. ¿Han funcionado? ¿Se ven cambios? Es evidente que el impacto se visualizará más a largo plazo, pero lo que está claro es que la cifra no baja significativamente.
Personalmente y creo que hablo en voz de muchos dietistas-nutricionistas y de otros profesionales de la salud, el problema mayoritario se encuentra en la educación nutricional de cada familia. Al final todo el mundo acaba dando "la culpa" a las grandes empresas alimentarias y a la sociedad, pero si este niño no ha aprendido unos valores en casa y en la escuela, se dejará influenciar por eslóganes inteligentes que captan a los más vulnerables. Ahora bien, como muy bien comentaba ayer una oyente en la sesión de Ecotendencias Cosmocaixa sobre los retos alimentarios del s. XXI, debate entre el catedrático Abel Mariné y el cocinero Isma Prados, vemos que aquellos barrios más pobres y donde la educación es más escasa se encuentran más restaurantes fast food. Por lo tanto, la responsabilidad acaba siendo de todos.
Me gustó una propuesta que hizo Isma Prados sobre la posibilidad de incorporar una nueva asignatura en la escuela de primaria. Esta sería llevada de la mano de cocineros y nutricionistas (colaborando juntos, me gusta). Se podría enseñar a los más pequeños de forma teorica y también práctica (en la cocina de la escuela) como comer saludablemente y en forma de talleres aprender a hacerlo. De esta forma sería el hijo quien "regañaría" a los padres sobre qué hacen bien o mal. "Por moralidad los padres harían caso enseguida, nadie y menos tu hijo puede cuestionar que haces mal la compra en el mercado...", añadía Isma.
Aunque evidentemente, primero se debe actuar en casa. Por poner un simple ejemplo: Si desde pequeños decimos a nuestros hijos que si se acaban el plato de verdura tendrán un premio les estamos diciendo que la verdura es un alimento especial y difícil de comer.
La salud que lleváis a casa será la de los más pequeños.
Bns adriana.. Tengo niño con 9 años y tdah,le doy una capsula de aceitw de krill por la mañana y una pastilla de espurulina por el medio dua. Esta bien hecho. Gracias.
ResponderEliminarSí está muy bien. Además podría hacerle la analítica del déficit de DAO, ya que se ha visto que podría estar relacionado. Un saludo!
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